España no puede quejarse mucho de su sistema sanitario. Con sus fallos, tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. Sin embargo, con la pérdida del INSALUD y la llegada de los políticos y sus enchufados al sistema sanitario se han perdido muchísimas capacidades, así como se ha producido un aumento inasumible de los costes de la sanidad pública. Vivimos en un sistema sanitario actual tan demencial y patético que mientras a personas venidas de otros continentes se le ofrece sanidad gratuita a un ciudadano español se le pide una serie de requisitos y papeleo demagógico para recibir atención sanitaria en otra Comunidad Autónoma diferente a la suya.
Alianza va a promover con el resto de Comunidades Autónomas que no practiquen ni el terrorismo ni el golpismo institucional el fin de las tarjetas de desplazamiento, así como la asistencia sanitaria mutua para los ciudadanos de ambas regiones. Del mismo modo, Alianza no va a tolerar que aquellos que jamás han contribuido con nada a Extremadura ni al sostenimiento de su sistema sanitario vengas a aprovecharse y beneficiarse del mismo.
Vamos a tener las mejores instalaciones sanitarias
de toda la nación.
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Los extremeños pagamos unos impuestos abusivos, desproporcionados. Es una vergüenza que después de ello se nos niegue la atención sanitaria necesaria. Alianza se compromete a pagar en el extranjero el tratamiento necesario a cualquier ciudadano extremeño si como consecuencia de la negligencia sanitaria sufrida con la pérdida del INSALUD Extremadura no fuese capaz de garantizarle una solución satisfactoria a su patología. Vamos a garantizar la atención gratuita y universal a todos los ciudadanos, prestando especial atención a aquellos que como consecuencias de la políticas caducas y fracasadas de 40 años de socialismo carezcan de menos recursos y capacidades para hacer frente a los tratamientos necesarios. Después del derroche que se ha producido en la consejería de Sanidad durante décadas es de vital necesidad restructurar el gasto sanitario, reducir el mismo y destinar el dinero que sea necesario a aquellas capacidades que lo requieran. La gestión global, el fin del intervencionismo político en los presupuestos, el liderazgo del personal sanitario al frente de la administración sanitaria, así como la generalización de la compra de material y equipos sanitarios marcarán el camino para hacer del sistema sanitario mejor, menos costoso para el bolsillo del contribuyente y más eficaz para cumplir su cometido.
Crearemos decenas de nuevos hospitales, centros sanitarios especializados y ambulatorios, así como renovaremos todos aquellos que se encuentran en una situación grave de deterioro. Para ello no será necesario aumentar los impuestos al pueblo extremeño ni un céntimo. Simplemente bastará con gastar donde hay que gastar, eliminar toda la parafernalia política, cargos y enchufados ajenos al sistema sanitario y redirigir el presupuesto de la Junta para que ésta deje de mantenerse a si misma y empiece a mantener las necesidades reales de la ciudadanía. Dinero hay, si se gasta como ha de gastarse.
Como con el resto del funcionariado, todo el personal sanitario deberá de ver aprobada su gestión por la ciudadanía sobre la que actúa. El pueblo, y solo el pueblo es quien tiene la última palabra. De él emana la democracia y también el dinero que mantiene a la Junta de Extremadura. Así mismo, garantizaremos que aquellos que cobran un sueldo público se dediquen única y exclusivamente a servir al pueblo que les paga.
Quienes desde el sector sanitario fomentan el pluriempleo, el absentismo laboral o ponen en peligro la salud de los pacientes con huelgas políticas serán automáticamente cesados de sus funciones sin ningún tipo de titubeo. No vamos a tolerar que cuatro impresentables especialistas en vivir del sector público se adueñen de los recursos económicos del sistema sanitario.
“LO UNICO QUE IMPORTA EN LA SANIDAD ES UN MEDICO PREPARADO Y RODEADO DE LOS MEDIOS NECEARIOS PARA CUMPLIR CON SU COMETIDO”