El desarrollo y la libertad de un país se mide en su nivel de impuestos. Un país con los impuestos elevados, independientemente del desarrollo económico del mismo, es un país orientado hacia la esclavitud y servidumbre del ciudadano hacia el Estado. Un Estado, por definición, no tiene dinero. Consigue el dinero mediante el expolio económico a las empresas y los ciudadanos. Los delirios, los caprichos y las deudas electorales que contrae un político en campaña electoral terminan siendo pagados por la ciudadanía. Cada vez que un político habla de “ayudas públicas”, no está sino diciendo: “voy a comprar los votos de unos fracasados con paguitas y tú, el trabajador de la empresa privada, lo vas a pagar”.
Todo ciudadano debe de tener muy claro que las promesas electorales de hoy son los impuestos que la ciudadanía pagará mañana. Para garantizar una mayor capacidad económica de las familias, de la ciudadanía, así como aumentar el nivel adquisitivo de ambas, en necesario, es vital, reducir de forma drástica los impuestos.
El dinero que el ciudadano gana con su sudor debe de quedarse en el bolsillo del ciudadano, nunca en las arcas de la Junta de Extremadura para que siga aumentando su desorbitado volumen de funcionariado y sus caprichos socialistas. Vamos a reducir o eliminar todos aquellos impuestos que penalizan el ahorro del ciudadano, así como la actividad económica de empresas y autónomos.
Los extremeños somos de los que más impuestos pagamos y
de los que menos tenemos
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Vamos a suprimir los impuestos que también sean cobrados por otras administraciones no autonómicas o locales. Es una vergüenza que a un ciudadano se le cobre dos veces la misma carga tributaria. Vamos a reducir los impuestos marcados por la Administración General, vamos a mantener una presión fiscal reducida que garantice la viabilidad de las necesidades básica de la ciudadanía. Siendo un impuesto de naturaleza nacional, el impuesto de sucesiones tributará por el mínimo porcentaje exigible garantizando que no tenga ningún tipo de repercusión en los ciudadanos. Este impuesto tiene una especial relevancia política porque es uno de los mayores ejemplos de lo que es el socialismo. Aquello que pertenece a tu familia pasa a ser automáticamente del Estado. Es el mayor ejemplo de lo que es el socialismo y un ataque brutal contra los derechos de la familia y la propiedad privada.
Ha llegado el momento de que la carga fiscal deje
de recaer solo en los hombros del ciudadano.
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Repartiremos la carga impositiva de forma equitativa de tal forma que se terminará la penalización fiscal sobre aquellas personas que han luchado duro por tener un gran porvenir frente a aquellas otras cuyo único objetivo ha sido conseguir un puesto de trabajo pagado por los demás. Los impuestos serán pagados de forma equitativa en porcentaje único sobre las ganancias del ciudadano, y no sobre el esfuerzo, la preparación y el sacrificio. Cuando un impuesto venga designado por parte de una Administración superior y no pueda ser eliminado, se aplicará siempre la tasa impositiva más baja legalmente establecida. Aquellas personas que, como consecuencia de su sacrificio personal en aras de la libertad, la soberanía y la democracia del resto realizan un trabajo lleno de enormes sacrificios tanto personales como laborales serán tratados de manera especial por parte de la administración. Somos consciente de que hay sacrificios que no pueden ser remunerados económicamente, pero todo ayuda.
Hasta ahora hemos trabajado para mantener a la Junta de Extremadura.
Ha llegado la hora de ponerle fin a su despilfarro y su tiranía.
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Se aumentarán de forma rigurosa los impuestos para empresas y actividades económicas que obtengan pingues beneficios en territorio extremeño pero que su contribución fiscal la realicen en otras regiones españolas. La actual situación de expolio fiscal que vive Extremadura a favor de otras regiones será mitigada por la carga impositiva que tendrán que soportar las compañías que forman parte de este expolio fiscal.
De la misma manera se premiará y se promoverá una adquisición de bienes y servicios de productos a empresas con sede fiscal en regiones hermanas que no promuevan la extremeñofobia ni la hispanofobia.
Queremos una Extremadura con los impuestos más bajos de España, una Extremadura donde los ciudadanos elijan libremente en que gastan el dinero que con su sudor y su esfuerzo han ganado. Y queremos que las empresas inviertan sus beneficios en el desarrollo y la potenciación de su capacidad humana, tecnológica y competitiva. No queremos que ni los trabajadores ni las empresas gasten su dinero en mantener a la Junta de Extremadura, así como a toda su parafernalia.
“EL DINERO TIENE QUE ESTAR EN EL BOLSILLO DEL CIUDADANO, NO EN EL BOLSILLO DEL ESTADO”
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